lunes, 26 de noviembre de 2007

Crónicas de un extra Parte 2ª

Creo que me quedé por el día de descanso en Cádiz... pues bien, al acabar la jornada de rodaje en el Castillo, al confirmarme que "pasado mañana, nos vamos a Tarifa en autocar. Ya mañana os avisamos por teléfono de la hora y tal...", busque otra pensión, ya que la del día anterior me daba un poco de sensación claustrofóbica y no tenía cobertura pa el movil. Pero tampoco podía alejarme del casco antiguo, y encontré otra un poco más iluminada, ...pero igualmente sin cobertura! Eso me obligó a echarme a la calle al día siguiente durante todo el día si quería recibir la llamada. Aproveché para ver la Catedral y otras cosas y pasé por el rodaje en la playa de La Caleta a curiosear. Hasta que recibí la esperada llamada: "mañana a las 8:00 en la Puerta de Tierra". A las 7:50 como un clavo allí, no se fueran pa Tarifa sin mi (vamos, los sigo y les vuelco el autobus, no sin antes hundirles el galeón a pedradas Es broma ). Sin problemas, llenamos el autocar en lo que parecía una excursión a un concierto heavy, to los melenuos. Finalmente llegamos a la playa de Valdevaqueros, en Tarifa. Allí nos volvieron a poner el traje de bravos y a esperar. Por lo menos no me dejaron tan desaliñado como el primer día.
Una vez vestidos, necesitaban un grupito de cinco que se adelantara, y allí que me apunté yo. Cuando llegamos a las caravanas de los actores, adivinad quien nos recibió... sí! Nuestro amigo Viggo! Nos dió los buenos días, nos dio la mano y nos despidió hasta el rodaje. El resto fueron horas y horas de espera hasta que fuimos a unas dunas en las que estaban rodando (para eso tanta prisa en que nos adelantáramos cinco? si es que...). La escena en concreto que rodabamos allí es anterior al asalto del galeón: los bravos reclutados íbamos cobrando en fila antes de hacer nuestro trabajo, mientras algunos simplemente pósabamos por allí como si ya hubieramos cobrado. Y casi toda la mañana hasta la hora de comer se fue en eso básicamente, rodando lo mismo desde distintos ángulos, cambiándonos de sitio, etc.
Ya a la hora de comer recibí un puñetero picotazo de avispa en la oreja, que no pudo ser curado de mejor forma que con un chorro de vinagre. Pero mereció la pena, a la tarde esperaba el plato fuerte. Se trataba de una escena en la que el capitán nos daba un discursito antes de subirnos a las barcas en las que supuestamente íbamos a asaltar el galeón. También estaban los actores Antonio Dechent y Eduard Fernández. Unax Ugalde pasó por allí, pero de mirón, no le tocaba actuar. En la escena el capitán, en un perfectísimo castellano, nos soltaba algo así como: "No hagais prisioneros, y nadie, absolutamente nadie bajará a la bodega..." (por supuesto, si lo dice Viggo y de esa manera yo no bajo).
Como anécdota, quisiera decir que poco antes de la escena Viggo nos dió un bolsón de caramelos pa que nos los repartiéramos, desde luego azúcar con él no nos faltó .
Y bueno, al término de la escena, para despedirnos Viggo, el director y los actores nos fueron dando la mano tras aplaudir todos cuando definitivamente salió bien. El resto fue autocar pa Cádiz capital, despedirme de los colegas que hice por allí, y a la mañana siguiente pa Almería.
Y antes de despedirme explicar de dónde viene el termino de berraco. Pues bien: berraco viene de una confusión en esos días de rodaje; constantemente nos preguntaban lo que algunos de nosotros entendimos: ¿Sois bravos "berracos"?. Claro, mucho después nos enteramos a que se referían a bravos "de raccord", que es un término que se usa para detectar a los personajes que salen en varias escenas y controlar que su aspecto tenga continuidad (esto es, por ejemplo, que si te pintan una brecha en un lado de la cara, que pa la escena siguiente no la tengas en el otro lado).

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