martes, 27 de noviembre de 2007
Viggo Mortensen
Comenzó su carrera cinematográfica con su interpretación de un granjero amish en la película Único Testigo (1985), donde aparecía junto a Harrison Ford. Gracias a éste y a sus siguientes proyectos fue haciéndose eco en el mundo del cine, así se lo pudo ver en películas como Extraño vínculo de sangre (The Indian Runner), dirigida y escrita por Sean Penn, Atrapado por su pasado (Carlito's Way), de Brian De Palma, Marea Roja (Crimson Tide), de Tony Scott y protagonizada por Denzel Washington y Gene Hackman. Poco a poco su cara comenzó a volverse más familiar entre el público debido a sus papeles en películas junto a actores de la talla de Michael Douglas y Gwyneth Paltrow en Un crimen perfecto (A Perfect Murder), Demi Moore en La teniente O'Neill (G.I. Jane) o Nicole Kidman en Retrato de una dama (The Portrait of a Lady), a la vez que impresionaba con su variada gama de interpretaciones.
Pero no fue hasta 1997 cuando le llegó su gran oportunidad al recibir la oferta del realizador neozelandés Peter Jackson para trabajar en el proyecto que cambiaría el destino de su carrera profesional. A pesar de que Viggo dudó al principio en aceptar o no el papel de Aragorn en la trilogía de El señor de los anillos, fue su hijo, un fiel seguidor de la obra de Tolkien, quien le convenció para que participara en ella. Durante los dos años de rodaje, se involucró tanto en el personaje que ayudó a diseñar su traje que llevaría incluso en las horas fuera del plató, y le cogió tanto cariño al caballo con el que trabajó y que montaba en sus horas libres, que terminó por comprarlo.
Tras el estrellato con El señor de los anillos consiguió su primer papel como actor protagonista en la película Hidalgo: Océanos de Fuego, de Joe Johnston, basada en la historia real del jinete Frank T. Hopkins.
Posteriormente obtuvo otro papel protagonista en la película de David Cronenberg Una historia de violencia junto a María Bello, Ed Harris y William Hurt entre otros. Su papel de Tom Stall, un padre de familia de enigmático pasado, demostró que es en plena madurez cuando Viggo, que ya lleva años en la industria del cine, recibe el reconocimiento merecido.
Recientemente ha rodado en España Alatriste, de Agustín Díaz Yanes, que relata las aventuras del Capitán Alatriste, personaje literario creado por el periodista cartagenero Arturo Pérez-Reverte. En ella vuelve a repetir como protagonista, además de hacer gala de su dominio del castellano, esta vez con acento leonés que el actor practicó por los pueblos de la montaña leonesa.
En su último trabajo presentado, Promesas del Este, del director David Cronenberg, Viggo encarna el papel de un mafioso ruso cuyo camino se cruzará con el de una mujer inocente (Naomi Watts) que de forma accidental indaga en el pasado de una joven, para descubrir que ésta estaba relacionada con la mafia rusa. Actualmente prepara un western, Appaloosa, con Ed Harris y Renée Zellweger.
Se le puede calificar como un artista polifacético, ya que, además de trabajar como actor, también se dedica al mundo de la poesía, la fotografía, la música y la pintura. Es dueño de la editorial Perceval Press, en la cual ha publicado sus libros de poesía y fotografía. En el terreno musical se dedica al jazz y ha incluido en algunos de sus discos fragmentos en los que él mismo lee su poesía. También figuró en la BSO de El retorno del rey, en donde compuso la música de "Aragorn's coronation" y cantó los versos escritos por Tolkien. En lo que respecta al mundo de la pintura, se dedica al arte abstracto, incluyendo en algunas ocasiones fragmentos de sus poemas. Sus obras han sido expuestas en varias galerías de arte alrededor de todo el mundo y, como dato anecdótico, cabe decir que en la película Un crimen perfecto aparecen algunos de sus cuadros en el estudio de David Shaw, el artista al que da vida.
Respecto a su vida privada, estuvo casado con Exene Cervenka, cantante del grupo punk X, con quien tuvo a Henry Blake en 1989. Tras el divorcio de la pareja, la custodia de su único hijo quedó compartida. Viggo está muy orgulloso de su hijo, a quien dedica gran parte del tiempo de que dispone.
lunes, 26 de noviembre de 2007
Crónicas de un extra
Crónicas de un extra Parte 2ª
Crónicas de un extra 3ª parte
Habían pasado algunas semanas desde lo de Cádiz, pero seguía el tema del rodaje desde la página no oficial del capitán alatriste, y sabía que estaban con lo de la batalla de Rocroi en Uclés (Cuenca). Y al comprobar que tenía mono con el tema y que el rodaje iba llegando al final me dije "esto es una vez en la vida, pa'lante!". Los días pasaron y yo seguía por internet el tema, y todo lo que salía relacionado era que necesitaban gente urgentemente, hasta los buscaban por la calle en Madrid y Cuenca así que mandé otra foto, les aclaré que ya había estado en Cádiz pero que no creía que se notara entre tanta gente si repetía, que si llevaba perilla y ya no llevaba barba... en fin, toda clase de súplicas para volver. Pero los días pasaron y no hubo respuesta . Un buen día me surgió un currillo para el verano, repartiendo horchata y granizados. Pues bien: primer día de trabajo, un par de repartos hechos, y... movil sonando: "Pues el caso es que acabamos de ver tu mensaje, y sí, te puedes venir por aquí a la batalla..." Inmediatamente busque algo cortante a mi alrededor para cortarme las venas. Hubiera empotrado el furgón con la horchata en un muro, pero ni era mío ni la empresa tenía la culpa (si esto lo lee mi exjefe: es broma ). Tragando saliva le dije que acababa de empezar a currar y que estando en Almería y tal iba a estar complicao. Me dijo que lo sentía (más lo sentía yo ) y que hasta otra. Un par de días después se lo comente como anécdota a mis dos jefas, que son primas entre sí, siendo el padre de una el jefazo. Entonces creo que les despertó la curiosidad y me preguntaron por el tema, que pa cuantos días me habían llamado, etc. Yo alucinando, pero el caso es que me dijeron que intentara ir, pero administrándome (esto es, currar un poquito más los días antes y después de ir) y yendo el menor número de días posibles, que ellas intentarían dejar esos días con poco reparto y repartir ellas si eso.
Jorrrrrr! Que me voy a la guerra! No me lo creía! Aunque no sabía bien en el berenjenal que me metía, fue agotador (aunque lo volvería a hacer, eh! ). Salí al amanecer y llegué a medio día, se trataba de la prueba de vestuario y el "entrenamiento militar". Bueno, como es costumbre en los rodajes, esperé algunas horas al sol hasta que me llamaron para probarme algo. Pasábamos los 35º y pensé que me pondrían una ropa ligerita pa pasar el mal trago... pero nada de eso.... cuatro dedos de ropa. Y no me quejo, los que llevaban coraza y casco tenían que estar metiéndose hielo de los refrescos para soportarlo. Si a esto sumamos el maquillaje con algo parecido a sirope para simular heridas y tal, un agujero que se me abrió en la planta del pie por el calzado raro que llevaba, ...os aseguro que por momentos podía ser muy desgradable. Menos mal que para no deshidratarnos nos repartían agua cada diez minutos. Pero bueno, al final es de lo que menos te acuerdas,jeje.
Después de comer, uno de los ayudantes de dirección vino a la carpa donde nos vestíamos y eso y nos dijo a un grupito que quien se dedicaba a la caza o sabía manipular armas, que necesitaban arcabuceros. Como supuse que las pistolas de agua y de la videoconsola no contaban no levanté la mano, pero me miró y me dijo "Tú que", "Yo de armas ni idea", a lo que me dijo "Me da igual, ahora eres arcabucero. Vete con estos y que os repartan armas". Y yo añadí pa mis adentros: "Y que dios nos pille confesaos". Se mascaba la tragedia, yo ya me veía pegándole un tiro a Viggo o al director (accidental, para los malpensaos). Ya os adelanto que por fortuna no pasó nada. Nos dieron los arcabuces (unos escopetones), la horquilla para apoyarlos y la mecha para supuestamente dispararlos (en caso de dispararlos era de fogueo, pero si le entraba tierra o cualquier cosa podía hacer pupa). Nos enseñaron a hacer los movimientos, cargarlos, desfilar,... Era bastante más complicado que las lanzas, pero acabé dominándolo . En realidad los mayores peligros eran quemarnos con la mecha, meterle el arcabuz en un ojo al de detrás desfilando o golpearlo con la lanza si te tocaba llevarla.
Acabó ese día y de vuelta a casa. A la mañana siguiente me esperaba la horchata. Mis jefas me dijeron que lo arreglarían todo, hablarían con el jefe... pero luego sólo se atrevieron a decirle que estaba en un cursillo... coló y no hubo problemas con el reparto. El resto de días fueron muy similares y rutinarios: a coger las lanzas o los arcabuces dependiendo de lo que hiciera falta. Lo que más recuerdo son tres escenillas mu chulas: En una me tocó estar con la lanza al lado de donde detonaban el suelo simulando cargas de artillería del ejército francés. Estaba a 1'50 - 2 metros, y los especialistas al ladito mío a la misma distancia. Me pareció cuanto menos sospechoso que ellos llevaran unos taponcitos de colores en las orejas y el resto no. "No te preocupes, si apenas se nota la explosión"....vaya que no!!!Los oidos pitando, el pecho retumbando (dos o tres explosiones cerquita), mascando tierra... y van y dicen, "Venga, repetimos". Por supuesto no hubo repetición hasta que no repartieron los puñeteros taponcitos. Al principio no querían, "Qué no, que no hay para todos". Creo que la idea de una masa enfurecida de melenudos armados con lanzas les sedujo de lo contrario y me trajeron unos verdes fosforito monííísimos. También nos pidieron gritar en masa de forma amenazante para que grabaran los de sonido (el mosqueo con lo de los tapones hizo que nos saliera más natural). En otra escena me tocó en un grupito apartado de arcabuceros, y entre nosotros y los lanceros tenía que pasar la caballería francesa amenazante. Nos dijeron que los caballos pasarían cerquita, que les pusieramos la punta de los arcabuces a la altura de los ojos que ya ellos se alejaban. Yo pensé que no sería para tanto. Cuando en la primera toma por poco se me vuela el sombrero de lo cerca y rápido que pasaron yo pensé "Si hay que tirar a los franceses los tiro, pero a mí no se me acerca más un caballo ni de coña!". En realidad, al final los únicos que tuvieron que ser atendidos eran los jinetes estos, que se jugaban la vida y alguno se dió un buen hostiazo en algunas escenas. La última escena a destacar (para mí) es una toma en la que el ejército español está diezmado, con muy pocos en pie y maltrechos, rodeados de cadáveres y moribundos. Por el bien de la película espero que traten el sonido, porque entre los moribundos se escuchaban voces tales como "Aaaaaayy, aaaaay, bocadiiillo, ayyyy, de choooped!". También espero que no nos enfocaran con nitidez, ya que al oir eso más que revolcarnos moribundos nos descojonábamos.
Para finalizar, con respecto a los actores, aquí estaba mucho más controlado el tema y no había demasiadas posibilidades de acercarse. Por allí volví a ver a Viggo, Antonio Dechent, ... pero siempre a cierta distancia y estando en formación, por lo que no pudimos acercarnos. También vi por allí a Alejandro Amenábar, Eduardo Noriega y Antonio Resines de visita, pero ya os digo, algo retiradillo. Y esto ha sido todo!!! :)